El Atlético de Madrid se las verá con el Chelsea en las semifinales de la UEFA Champions League, lo que significará el reencuentro de Fernando Torres, ídolo rojiblanco durante años, con la afición que le vio crecer y madurar como futbolista y a la que tantas alegrías y goles brindó vestido con la zamarra atlética. La palabra que mejor define al equipo londinense es competitividad, cualidad innata y hereditaria en todos los equipos de su entrenador, José Mourinho. Los ‘blues’ partían como rival más flojo en este sorteo de ‘semis’, pero si algo ha de vigilar bien de cerca el conjunto del Manzanares es la fortaleza y experiencia de su rival en eliminatorias de tanta exigencia física y mental.
Mourinho ha vuelto a Inglaterra con una premisa clara: armar un buen Chelsea pero, sobre todo, eficaz. Aparte, su contratación por parte de Abramovich responde a la necesidad de recuperar esa simbiosis de la grada del Bridge con su entrenador, que se perdió durante la etapa de Rafa Benítez, predecesor del luso en el banquillo. Ahora, afición, equipo y técnico son uno, hacen un matrimonio perfecto y los cánticos de apoyo al de Setúbal durante los partidos como local son una constante.
La explosividad de Hazard
Precisamente, muchas de las opciones del Chelsea de estar en la final de Lisboa pasan por el partido de vuelta en Stamford Bridge, donde muestra una versión muy mejorada, basada en una intensa y peligrosa presión que no ejerce como visitante. Lo lógico sería que en el partido del Vicente Calderón apuesten por una organización defensiva inmaculada, por el robo de balón y por una salida fugaz al contragolpe, además de por una disciplina táctica muy trabajada por el técnico luso, con el objetivo de no encajar goles y llegar vivos al duelo de Londres.
La estrella del equipo es, sin ningún tipo de dudas, Eden Hazard. A sus 23 años, este extremo belga está alcanzando a pasos agigantados la cima de su carrera. Su cambio de ritmo y desborde partiendo desde el costado zurdo son el principal activo del Chelsea. Esta temporada ha anotado 14 goles en 33 partidos de Premier League. Juanfran tendrá delante un hueso duro de roer.
No solo de Hazard vive el Chelsea. Con un marcado 4-2-3-1, Cech sigue siendo el guardián bajo palos, a la espera de que Courtois – que podrá jugar ante su equipo después de que la UEFA dé nulidad a la cláusula que lo impedía- tome su relevo. La línea defensiva es la sabida de carrerilla, la vieja guardia sigue dando guerra con Ivanovic, Cahill y Terry, con la novedad de Azpilicueta como lateral zurdo, que ha desbancado a Ashley Cole a base de trabajo y sacrificio.
En el centro del campo es donde más pierde este Chelsea. Lo normal es que David Luiz adelante su posición para jugar en doble pivote junto a Ramires o Frank Lampard. La baja de Matic, que no puede jugar Champions tras participar con el Benfica, merma sensiblemente la sala de máquinas del cuadro londinense. La creación tiene carácter brasileño: Óscar y Willian son los hombres con más calidad y los encargados de dar claridad al juego de los de Mourinho. Por sus botas pasarán muchas de las opciones del cuadro inglés. La punta de ataque, salvo sorpresa, será para ‘El Abuelo’ Samuel Eto’o, reclutado para la causa por el entrenador portugués.
En los banquillos, el duelo de estrategas está asegurado. Simeone contra Mourinho, dos reconocidos admiradores mutuos, además de amigos, serán los encargados de quebrarse los sesos para superarse el uno al otro en lo que se presupone una batalla táctica extraordinaria. Así llegará este Chelsea a una eliminatoria con muchos matices por analizar y que apetece, y mucho, verla.
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