Opinión

Cristiano Ronaldo, ángel y demonio

Ser una gran figura del deporte o del mundo del espectáculo lleva adherida una cláusula innegociable: los focos. De repente eres un personaje famoso, de repente todas las miradas se centran en ti.

A partir de ahí, todos tus actos y opiniones serán analizados con lupa por el gran público, por la masa. Un juego del que los medios de comunicación son parte activa, siendo estos los vehículos por los que principalmente se transportan las imágenes, los vídeos o los juicios de valor que abren debates en los bares y en muchos de los hogares del planeta.

Si nos centramos en el fútbol, podemos decir que la fama cobra un valor exponencial en el momento en el que un profesional posa junto al escudo de alguno de los clubes de mayor envergadura institucional (entre los que se encuentran el Real Madrid y FC Barcelona).

Ampliemos más el zoom y fijémonos en uno de los hombres más de moda en la actualidad: Cristiano Ronaldo, ganador del Balón de Oro 2013. Un extraordinario futbolista con una fuerte personalidad que arrastra tantas críticas como elogios, según los ojos que le miren.  Todo futbolista es consciente, y más si juega en un club grande, de que el nivel de aplausos se elevará o se reducirá en proporción a los números que realice, tanto él como, en menor medida, su equipo.

El pasado 24 de mayo, el delantero portugués transformó el penalti que cerraba la goleada del Real Madrid sobre el Atlético de Madrid en la final de Champions League disputada en Lisboa. Tras ello, procedió a quitarse la camiseta, presumir de músculo ante las cámaras y a celebrar con explosividad su tanto. Este hecho fue percibido como exagerado y antideportivo por sus rivales colchoneros, incluido su técnico, y no dudaron en recriminárselo. Desde ese momento, al luso le llovieron críticas de todos los colores y de todas partes del mundo. Una vez más, la repercusión mediática de su celebración cobró una desproporcionada dimensión. Días más tarde, se conoce que posó de esa forma porque se está rodando una película sobre él.

Ante ello, sus fans han saltado con un lógico “y ahora qué”, en referencia a los múltiples juicios de valor vertidos en los medios de comunicación y en las redes sociales. Es en este punto donde nos encontramos actualmente.

Lejos de enjuiciar ese acto concreto, quien escribe estas líneas pretende plantear si verdaderamente hubiese adquirido esta dimensión una celebración idéntica por parte de cualquier otro jugador.  Se considere antideportiva o no la acción, si la respuesta es negativa el meollo no estaría en el hecho, estaría en la persona.  Lo que nos podría conducir a la conclusión de que haga lo que haga Cristiano Ronaldo, será motivo de aplausos para sus fans, y serán críticas y abucheos para sus contrincantes.

José Antonio Vega.

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