Jürgen Klopp ha sido considerado, desde su explosión como entrenador en el Borussia Dortmund, como uno de los técnicos más completos e inteligentes del globo terráqueo. En solo tres años, el Dortmund pasó de vagar por la zona media de la tabla, a las órdenes de Thomas Doll, a luchar por el campeonato germano, el cual llegó a ganar en su tercera temporada al frente del banquillo amarillo. Han sido muchas las victorias que ha conseguido como entrenador, y muchos los trofeos de los que puede presumir tener.
Hoy se encuentra disputando su cuarta temporada al frente de un Liverpool que confió en él tras fracasar en su última campaña como borussier. La apuesta pudo catalogarse de arriesgada; sin embargo, nadie dudará que ha conseguido un auténtico logro, como es el de situar a los reds en la cima de los clubes europeos. En su primera toma de contacto llevó a los de Anfield a la final de la Europa League, y dos años después a la de la Champions League.
Con tan solo seis jornadas disputadas de la presente Premier League, el Liverpool es el actual líder del torneo, habiendo ganado con total superioridad y eficacia todos los encuentros que ha jugado. Sin ir más lejos, en Champions ha salido victorioso también en el único partido que ha tenido lugar, ganando por 3-2 al PSG de Thomas Tuchel. Incluso, antes de comenzar la actual temporada, disputó seis amistosos y tres partidos de la ICC, ganando todos apabullando a sus rivales, a excepción de un solitario empate a cero ante el Bury que no significó absolutamente nada. La única derrota que han sufrido, por el momento, los de Klopp tuvo lugar el pasado miércoles, ante el Chelsea de Sarri, en el primer partido de la Carabao Cup, que perdió por 1-2 tras un auténtico golazo obra de Eden Hazard.
Un sistema que arrolla con puro frenesí
El grandísimo momento de forma de los ingleses se debe al increíble trabajo constante y perseverante que lleva realizando Klopp desde 2015. Escudado siempre por las piezas clave de su plantilla, Salah, Mané y Firmino, el alemán ha logrado que su sistema, retocado a lo largo de las cuatro temporadas en la Premier, cuaje al milímetro con los jugadores de los que dispone.
Si bien Klopp se ha caracterizado siempre por imprimir en sus equipos una presión intensa con las líneas muy adelantadas, ahora, en el Liverpool, lo compagina con largos periodos de ataques estáticos en busca de los espacios necesarios que deben generar dos de los tres jugadores que forman la línea ofensiva. Salah y Mané, situados arriba como falsos extremos, suelen atrasar su posición a la hora de circular el balón para liberar a Milner o Keïta en las tares de construcción del juego.
Asimismo, son los laterales, generalmente Arnold y Robertson, quienes influyen en el ritmo del partido con sus subidas orientadas a la línea de fondo, encerrando así al rival y permitiendo al tridente ofensivo poder enfatizar su juego por la zona convergente al área contraria. Además, con Wijnaldum como pivote y ancla del equipo, la influencia táctica en la fase defensiva no sufre modificación alguna, pudiendo realizar el Liverpool la transición hacia atrás con un repliegue correctamente estructurado.
En tareas defensivas, por otro lado, existe una clara máxima que siguen sin rechazo posible los soldados de Jürgen. La presión denota por completo el grado de implicación de los jugadores, y en el Liverpool este es muy alto. Tan alto como las líneas del equipo cuando ejercen dicha presión, ante cualquier rival que se sitúe por delante. Las dos líneas más avanzadas se dedican a atosigar la salida de balón enemiga con una presión en zona que facilita el repliegue rápido propio.
Además, los laterales apoyan a los interiores –Keïta y Milner– a la hora de abarcar el centro del campo, estrechando el campo con sus elevaciones en la banda. Van Dijk, Gómez, Lovren y Matip se encargar de la tarea más dura. Ellos rotan en cada partido, haya línea de dos o de tres centrales, pero impregnan a la retaguardia de una rocosidad imponente. Permiten, también, que Wijnaldum pueda centrarse en la contención, escudado por los interiores que también presionan con frecuencia.
En definitiva, podemos resumir que estamos ante uno de los equipos más potentes de Europa; uno que podría dar la campanada en esta temporada, pudiendo apear del trono al City de Guardiola, asustado tras la gran irrupción del Liverpool de Klopp. Este puede ser su año.