Preciado y pequeño tesoro. Tan difícil de encontrar, tan caro de poseer, tan complejo de mantener. Es ridículo pensar que es simple carbono. Que está hecho del mismo material que el grafito. Que esa gema podría haber sido un lustroso diamante o un simple lapicero. Pero jamás despreciemos la innumerable cantidad de años que le ha llevado a donde ahora está.
Gustan más, gustan menos, pero el valor de uno bueno es innegociable. Todo el mundo lo quiere. Algunos para lucirlo, otros para explotarlo y otros para pulirlo. Pero siempre para disfrutarlo, y hacer que disfruten con él. Para complementar, e incluso completar, una colección de joyas.
Los diamantes conducen muy bien el calor. Son capaces de calentar, incluso quemar, a quien se propongan. Eso sí, dales tiempo antes. Son capaces de dispersar luz. De repartir la luz. De hacer que todo brille solo por estar cerca. Ademas, los hay casi de todos los colores. rojos (y con rizos), verdes (y pelirrojos), azules (y con nueve hijos) e incluso marrones (o color cabra).
Son duros, muy duros, capaces de rallar cualquier cosa; pero más fáciles de romper de lo que parece. Una caída, un golpe, un mal gesto… y se acabó. Te quedas sin él. Al menos durante un periodo de tiempo. Un largo y costoso periodo de tiempo. O incluso para siempre; mala «suerte”, supongo.
Palabrería aparte, aquí quería llegar. A la fragilidad de estas piezas. Un golpe de un defensa, y Brees media temporada fuera; pasas de máximo candidato a posible equipo de Playoffs. Una mononucleosis, y Darnold fuera indefinidamente; pasas de posible equipo revelación a pelear por ganar más de 3 partidos.
Un mal golpe, y Siemian fuera toda la temporada; pasas de la posibilidad de su vida, a igual perder el contrato. Un mal gesto, y la carrera de Roethlisberger está más cerca de terminar; el fin de un jugador histórico.
Un ataque sin su Quarterback es como un anillo de compromiso sin su diamante. Como una corona sin su joya principal. Sí, podrás buscar zafiros, esmeraldas o rubís. Podrán salvarte en uno y o dos apuros. Pero no será lo mismo. Necesitas a tu diamante sano. Necesitas a tu Quarterback sano.
Porque son tan valiosos como delicados. Porque los Quarterbacks… ¿o los diamantes?, ¿de qué estábamos hablando? Bah, da igual.