El Burnley sumó el pasado sábado su primer punto en la Premier League 2014/15; y lo hizo frente al Manchester United, tras un justo empate a cero; el primero de su historia como local en esta competición.
Más allá del modesto papel de equipo recién ascendido se esconde la historia de uno de los clubes más históricos de Inglaterra, uno de los fundadores del fútbol profesional inglés: el Burnley FC.
Situada al noroeste del país, la localidad que da nombre al equipo cuenta con poco más de 73.000 habitantes, todos volcados -de una u otra forma- con el club, el que la sitúa en el mapa de cara al exterior.
Los ríos Calder y Brun confluyen en ella, anclada a unos 40 kilómetros de Preston, la ciudad más importante del condado no metropolitano de Lancashire, al que pertenece Burnley.
Fundado en 1882, el conjunto inglés solo tardó un año en mudarse a la que todavía hoy es su casa: el Turf Moor, estadio con una capacidad para albergar a más de 22.500 espectadores. Es el tercer estadio en uso más antiguo del Reino Unido.
No siempre fueron débiles
El Burnley se caracteriza históricamente por ser un equipo humilde y aguerrido, que hace del sudor su principal arma para realizar gestas como la que logró al inicio de la década de los años veinte, al ganar su primera liga inglesa. Años antes, los Clarets también consiguieron sumar su única FA Cup, tras derrotar por 1-0 al Liverpool. Aquella fue su época más dorada.
Pese a mantenerse en la élite del fútbol británico, sus seguidores tuvieron que esperar varias décadas para volver a recibir grandes alegrías de su equipo. En la campaña 1959/60 se alzaron con su segunda y última liga inglesa, lo que le dio acceso para disputar la Copa de Europa por primera y última vez en su historia. En ella cayeron en la segunda ronda, frente al Hamburgo.
La extinta Copa de Ferias también tuvo entre sus participantes al club de Burnley. Fue en la temporada 1966/67, en la que el Eintracht de Frankfurt les apeó de la misma, tras superar a Stuttgart y Nápoles.
El declive de los ‘Clarets’
A mediados de la década de los 70 el Burnley descendió e inició una caída en picado hasta llegar a coquetear con su desaparición del fútbol profesional inglés. La nueva realidad del equipo se teñía cada vez de un tono más oscuro; una pesadilla que empequeñeció la historia del club.
No obstante, los de Burnley nunca se rindieron, y a base de muchos años de esfuerzo y de optimizar al máximo los escasos recursos económicos con los que contaban, salieron hacia delante. Lograron retomar la senda de la élite inglesa. En el año 2008 llegaron hasta las semifinales de la Copa de la Liga, tras deshacerse de clubes como Fulham, Chelsea o Arsenal. La prensa tildó aquel hecho como ‘El milagro de Burnley’, pero fue el Tottenham -en la prórroga- el club que frenó su heroica travesía.
Se quedaron, pues, a tan solo unos minutos de la final de Wembley, un estadio que un año más tarde les vería ascender por primera vez a la Premier League, ya que desde 1992 -año en el que se fundó esta competición- nunca habían participado. Wade Eliot tuvo el honor de anotar el único tanto de la final de los playoffs de ascenso, ante el Sheffield.
Solo duró una campaña su andadura en la máxima competición del fútbol británico, pero varias temporadas después, el Burnley FC ha regresado a la Premier, siendo conscientes de que volverán a sufrir y de que tan solo a base de sudor podrán contar con opciones de salvación, con opciones de obrar el auténtico milagro de Burnley. El primer gran paso lo dieron el sábado, ante el poderoso Manchester United.