• El cuadro de José Bordalás afronta los diez últimos partidos de La Liga ocupando el último puesto que da acceso a la Champions League, un sueño que se presenta factible para los azulinos.

Tras doce años en la máxima categoría, el 15 de mayo de 2016 el Getafe se despidió de la Primera División, cerrando un periplo en el que celebraron dos finales de Copa del Rey y unos históricos cuartos de final de Copa de la UEFA ante el Bayern de Múnich. Finalmente, después de varias temporadas de decadencia, el descenso cerró una etapa inolvidable en La Liga.

A la campaña siguiente, con el equipo en posiciones de descenso, tras un inicio horrible en la División de Plata, José Bordalás llegó a Getafe para cambiarle por completo la cara a los madrileños y llevarlos a la máxima categoría vía ‘play off’ de ascenso. Si en la temporada del regreso el cuadro azulino quedó octavo, a tres puntos de posiciones europeas, este curso se ha erigido en uno de los rivales más difíciles de batir de todo el campeonato.

A solo diez partidos del final de La Liga, son cuartos, con dos puntos de ventaja sobre el Alavés, otra de las revelaciones del campeonato y tres, seis y siete respecto a Sevilla, Valencia y Betis, respectivamente, los cuales, por presupuesto, eran mucho más favoritos a pelear por la Champions League al inicio de temporada.

Un equipo de autor

Durante todo el curso, el Getafe CF ha sorprendido por su capacidad defensiva y enorme pegada, pero por encima de todo, los azulinos son un equipo de autor, que rinde por encima de sus posibilidades y se adapta a cualquier partido gracias a las habilidades tácticas de Bordalás, que no duda en cambiar el plan del encuentro según las circunstancias.

Dependiendo de las necesidades, el cuadro madrileño se convierte en un equipo de repliegue o de presión. Domina ambas facetas, presentando una brillante ocupación de los espacios, la cual apenas deja resquicios para el juego de ataque contrario. Y es que si algo caracteriza a este Getafe, es su capacidad para minimizar al máximo las virtudes del rival. De momento, solo ha perdido un partido (con el Valencia en casa) ante sus adversarios por la Champions League, lo que habla de su tremenda fiabilidad.

Pese a la modestia de su plantilla, el Getafe se comporta como un equipo experto, liderado por la garra de sus cinco uruguayos, con mención especial al omnipresente Arambarri, donde todos trabajan y que domina el tiempo de los partidos, desesperando a sus rivales. A la seguridad de su defensa y el trabajo constante de su centro del campo, hay que sumarle el estado de gracia de sus delanteros. Entre Jorge Molina, Jaime Mata y Ángel han conseguido 37 goles entre todas las competiciones, una cifra que le permite rentabilizar al máximo el trabajo global.

Asimismo, al contrario de lo que pueda parecer en equipos de estas características, la mayoría de los goles llegan como producto del juego, pues apenas cuatro tantos han llegado a través del balón parado. Las sinergias creadas entre los hombres de ataque suelen ser muy efectivas y solo con 3,4 tiros a puerta por partido en La Liga han sido capaces de generar 36 goles, otro sensacional dato que explica el genial entendimiento entre todas las piezas del tablero de Bordalás.

Por otro lado, siempre se ha identificado al Getafe como uno de los equipos más duros de La Liga, algo que también justifican las estadísticas con una media de 17,3 faltas por partido, la mayor de la competición. El cuadro madrileño acostumbra a interrumpir el ritmo de juego del rival mediante esta vía, algo que si bien resulta polémico, solo es una variante más de un engranaje muy efectivo.

El gran candidato a la Champions League

Por supuesto, siempre es difícil predecir lo que sucederá de aquí al final de temporada, pero teniendo en cuenta su fiabilidad hasta ahora, el Getafe se presenta como uno de los grandes favoritos a amarrar la cuarta plaza. Aunque como equipo poco a acostumbrado a pelear por estos objetivos, su rendimiento pueda decaer en las últimas fechas, su situación es inmejorable.

Los de Bordalás intentarán mantener la espectacular racha de cuatro victorias consecutivas en casa ante Leganés, Athletic, Sevilla, Real Madrid y Girona. Seis partidos en el Coliseum donde se jugarán buena parte de las opciones de Champions, fundamentalmente en los duelos ante hispalenses, rival directo, y madridistas. Por su parte, a domicilio tendrán que medirse a Espanyol, Valladolid, Real Sociedad y Barcelona, en un calendario que, salvo por la visita al Camp Nou, donde los de Valverde pueden tener La Liga sentenciada, parece asequible.

Con el ‘goal average’ ganado a Alavés y Betis y perdido ante un Valencia que gastará parte de sus energías en la Europa League y al que aventaja en seis puntos, está por delante en el duelo particular con el Sevilla, al que superó 0-2 en el Sánchez Pizjuán. Está en su mano, por lo tanto, la posibilidad de superar a sus rivales en caso de empate a puntos entre la mayoría de candidatos.

Bajo estas circunstancias favorables comienza el esprín final para un Getafe, que de la mano de Bordalás, sueña con poner un broche de Champions a La Liga, en lo que resultaría una de las mejores temporadas de su historia.