Opinión

Héctor del Mar, ‘Y el fútbol cantó un cuento’

Perteneciente a una estirpe de relatores cuya raíz procede del concepto narrativo del fútbol sudamericano Don Héctor del Mar hizo de la retransmisión deportiva de radio, de las ondas esféricas, pura pasión y excelencia. La radio posee una personalidad propia atesorando la capacidad de convertir la palabra a través de la voz en imagen.

En un mundo como el actual, en el que la imagen atesora una importancia capital, la radio resiste y compite gracias al desarrollo narrativo, las grandes voces y la pasión de aquellos profesionales que la ennoblecen. En el caso concreto de la retransmisión deportiva y el fútbol, la escuela sudamericana siempre poseyó ese maravilloso punto de realismo épico; amalgamando la grandeza y el carácter sobrehumano de la épica con situaciones y personajes de caracteres humanos, haciendo melodía a través del pentagrama de la voz, la entonación y el poder creativo de la narración.

‘El hombre del gol’

Cuando la televisión, la imagen, no había llegado a los hogares, la radio se encargaba de colorear la crónica en directo. El relato hablado construía un maravilloso mundo imaginario que transportaba al aficionado al campo de juego, al corazón de la jugada, el pase, el regate, el remate, la parada y a la explosión del gol. Y durante un tiempo del todo inolvidable en España ‘el hombre del gol’ fue Héctor del Marrrr…

Pues fue Don Héctor de aquellos que hizo ver el fútbol a los invidentes, de transmitir toda la pasión de un partido de fútbol, las vivencias que se desarrollan entre el escenario verde del campo y el cemento vivo de sus gradas, a todo aficionado que pegado a la caja de las voces de la FM y la AM, vivía y veía el fútbol en toda su dimensión. Entre mundos reales e irreales la apasionada narración del maestro se hacía y se hace difícil de olvidar, pues se le echó, se le ha echado y se le echará mucho en falta.

El realismo épico

Su recuerdo es imborrable, permanece inalterado en aquellos años ochenta en los que en Radio Intercontinental, SER, Radio España, Radio Libertad, La Voz de Madrid… Don Héctor se refería a los jugadores haciendo uso del realismo épico, incluso mágico. Apodó Tarzán a Migueli, Tentáculo a García Remón, Hachabrava a Benito, El Puma a Santillana, Algarrobo a Arteche, Sandokán Juan José, Superrrrrpibe Camacho, Uli Tanke Stielike, Hechicero a Cunningham, Andoni Huracán Goicoetxea, Alevín Isidro, Turbina San José, Luis Miguel Pulpo Arconada, Juanito Supersónico Gómez, Iñigo Macho Liceranzu, Miguel Smoking de Andrés, Roberto Diablo López Ufarte, Diego Armado Pelusa Maradona, Pedro Puñal Uralde…

‘El arrrte del gol’

Y claro gracias a la locuacidad de este medio porteño, medio español, el ‘arrrrte del gol’ con apasionada incidencia épica sobre la r -la consonante mágica de Héctor del Mar- se convirtió en pura onomatopeya. Pura energía, pura explosión: ¡¡¡¡Gol gol gol gol gol gol gol gole gole gole gole gole goooooooooooooooool!!!
En la RAE no habría durado ni un solo segundo Don Héctor del Mar, pues en ese apasionado espasmo se comía el artículo, la preposición, con objeto de llegar/transmitir a la misma velocidad que el pase y el rodar del balón. Pero en la memoria de todos aquellos que tuvimos/tuvieron la ocasión de escucharle permanecerá toda la vida. Pues a Héctor la pasión le salía a borbotones por la garganta, el gol era toda una inmensidad de treinta segundos y la jugada el tango de un telegrama adornado con su imaginación. Y es que jamás el fútbol ni la radio fueron tan rotundos como lo fueron con él, puesto que no hubo caso igual en el que la incorrección narrativa y gramática se convirtiera en tan maravillosa como lo fue con su personalísimo estilo de relator.

El fútbol y la radio le echaron mucho en falta -muy especialmente los radioyentes- , y durante un tiempo pudieron mitigar su ausencia, recordando aquellas retransmisiones en sus narraciones televisivas del ‘pressing catch’, donde hizo las delicias de los televidentes.

Por todo ello, porque desde que en La Voz de Madrid, en el espacio ‘Domingo Deportivo Español’ un 13 de agosto de 1976 cantó su primer tanto en el partido Real Madrid-Peñarol de Montevideo, en un Trofeo Teresa Herrera, treinta segundos de gol nunca fueron tan intensos, el buen aficionado siente que el fútbol ha perdido la r de lo real e irreal. La de Don Héctor del Marrr, aquel que dio el zapatazo de Rubén Cano un 30 de septiembre de 1977, para dar el pasaporte a España para el Mundial de Argentina 78, aquel que nos ha dejado con la incuestionable emoción de que gracias a él, el fútbol cantó un cuento.

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