Trailwalker 2014
Reportajes

Kilómetros que salvan vidas

Cien kilómetros, una causa. Es el lema con el que Oxfam Intermón promueve uno de los proyectos solidarios más importantes en la actualidad, “el mayor desafío deportivo del mundo por equipos”. El objetivo es luchar contra la pobreza; hablamos del Trailwalker.

Es a nivel internacional, y en España son ya cuatro las ediciones que respaldan la iniciativa. Además, el próximo mes de julio se celebrará por primera vez en Madrid, concretamente en la Sierra de Guadarrama y el Valle de Lozoya, los días 5 y 6.  Anteriormente, y también en esta cuarta edición, el evento se ha celebrado en la provincia de Gerona.

El reto consiste en formar un equipo de seis personas que deberán recorrer 100 kilómetros a pie en un máximo de 32 horas (dos de ellas servirán su apoyo en coche). Para participar deberán recaudar conjuntamente 1.500 euros, que irán destinados a los múltiples proyectos que la organización tiene en todo el planeta.

Recorrido de la carrera en Madrid.
Recorrido de la carrera en Madrid.

Desde este medio hemos querido saber más acerca del Trailwalker, y para ello contactamos con la responsable de eventos deportivos de la organización, Elena Rodríguez, y con los miembros de uno de los equipos que ya han participado en alguna edición y que además repetirán su experiencia en Madrid.

Charlamos con Elena sobre los valores que transmite el deporte, quizá lo único que une hasta perros con gatos, y sobre si piensa que la solidaridad es un valor añadido o esencial. Ante ello, no duda en afirmar que es un valor esencial, y que el trabajo en equipo “lo es todo” en el deporte. “Es esencial saber a qué renuncias como individuo por el bien de todo el grupo. La lucha contra el hambre es igual: ¿de qué puedo prescindir yo para que este mundo sea un poco mejor? Eso es la solidaridad».

Cuestionada por los orígenes de la iniciativa, Elena nos desvela que Trailwalker era un ejercicio de entrenamiento militar en Hong Kong. En 1981 pasó a convertirse en un evento Oxfam para recaudar donativos. Hoy es uno de los principales desafíos deportivos del mundo, con 16 eventos en 11 países.

“Queremos concienciar a nuestros participantes y, sobre todo, a sus amigos y familiares, que 900 millones de personas pasan hambre, pero entre todos,  y haciendo deporte, podemos ayudar a evitarlo”, comenta Elena.

Son muchos meses preparando la cita, tanto por parte de los organizadores como de los participantes. En el antes, el durante y el después se producen hechos anecdóticos y emocionantes. Elena recuerda cómo una corredora participó en pleno tratamiento de un cáncer recién detectado. También cómo en la última edición un participante le pidió matrimonio a su novia al llegar a meta.

Posteriormente, los miembros del equipo ‘Salambó Runners 2’ nos atendieron para relatarnos su experiencia.

Equipo del Trailwaalker
‘Salambó Runners 2’, en su primera participación

“Nos quedamos con la satisfacción de saber que nuestro esfuerzo y nuestra diversión (porque, hay que reconocerlo, nos lo pasamos realmente bien en los entrenamientos y durante la carrera) sirven para muchísimo más que para mantenernos en forma. Y que hemos podido aportar unos recursos económicos que servirán para desarrollar proyectos en otras partes del mundo que realmente lo necesitan, y probablemente hayan sensibilizado a muchas personas”, explican.

“También nos ha servido para dar una nueva dimensión a nuestra afición, ya que desde que participamos en la primera edición, la carrera de larga distancia ha pasado a ser para nosotros un deporte de equipo,  el mejor deporte del mundo.  A los que vayan a participar en esta edición les recomendamos que disfruten de la experiencia de salir todos juntos y de esforzarse de verdad para llegar todos juntos. Que aprovechen el recorrido para reír, para disfrutar del paisaje, contar anécdotas y también para sufrir en algún momento, pero en equipo».

Queríamos saber el motivo por el cual han decidido repetir la experiencia. Nos responden que además de volver a sentir que su esfuerzo tiene fines sociales había una promesa pendiente: “Uno de los integrantes que debía formar parte de nuestro equipo se cayó, por culpa de un accidente. Tras la carrera nos preguntó a todos, por separado, si había sido nuestra mejor experiencia deportiva, y la respuesta fue unánime: “Sin lugar a dudas”. ¡Y eso que todos tenemos un completo historial de maratones! Fue cuando nos dijo que le debíamos una».

También les preguntamos sobre la dificultad de recaudar esos 1.500 euros como mínimo para poder participar. Confiesan que fue ”mucho más fácil de lo que mucha gente imagina”. Su sorpresa fue que con la movilización de su entorno alcanzaron  la cantidad mínima para poder participar. Pero no se dieron por satisfechos, y gracias a la colaboración del Café Literario Salambó de Barcelona, que les ha “prestado” su nombre, pudieron alcanzar los 3.000 €. Todo gracias a la organización de una cena solidaria en la que la mitad del importe del menú se convirtió en donación. “Lo más interesante fue que todas las personas que entraron en el Café esa noche, sin saber que se celebraba esa cena, participaron en la propuesta con mucho interés, lo que nos permitió una recaudación de 800 € en tan solo unas horas”.

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