El fracaso de España
Opinión

¿Por qué, España?

La prematura eliminación de la selección española en el Mundial de Brasil hace tildar de fracaso absoluto su participación como defensora del título. Una selección que tiró por la borda un Mundial en tan solo 180 minutos, un equipo que se mostró irreconocible, un equipo que lo había ganado prácticamente todo en los últimos seis años, y cuyo ciclo, como todo en la vida, parece haber llegado a su fin.

Muchas son las balas que se están lanzando hacia los hombres que han hecho feliz a todo un pueblo, y que han regalado a sus contemporáneos los éxitos que jamás se hubiesen atrevido a soñar, bajo el asombro y la admiración de todo el planeta. Como dijo Fernando Torres al terminar el partido «Antes mirábamos atrás y no había nada, ahora miramos y vemos tres títulos». Por ello, el reconocimiento y el agradecimiento hacia ellos debe ser perpetuo, a la vez que de ellos mismos debe salir el obrar con frialdad a la hora de analizar las causas y de intentar cambiar la situación.

No se puede vivir del pasado, y menos en un deporte con tan poca memoria como es el fútbol. Es momento de realizar los cambios pertinentes para encaminar el futuro más inmediato, que no es otro que la Eurocopa de 2016. Es momento de implementar nuevos conceptos para encajar las nuevas piezas que tendrá este equipo. Hombres como Xavi, Casillas o como Iniesta son únicos e irrepetibles, y todo intento de que sus sucesores -llámense Thiago, Isco o Deulofeu- sean como ellos tendrá fatales consecuencias. No podemos fabricar copias malas de ellos, tenemos que buscar la forma de encajarlos a todos con un estilo evolucionado.

Con el pensamiento ya enfriado, y transcurridas casi veinticuatro horas de la eliminación, es el momento de reflexionar, de buscar conclusiones y de valorar cuáles han sido las claves del naufragio español en este Mundial que habrá que borrar de la memoria cuanto antes.

1. Síntomas de agotamiento continuados

Quizás esta temprana eliminación no coge por sorpresa. La selección española había mostrado claros indicios de cansancio durante el último año.  Esa frescura y rapidez con el balón en los pies de los futbolistas aparecía cada vez más con cuentagotas. Esta circunstancia se ha hecho más notoria en el último mes con la llegada a la concentración de varios futbolistas exhaustos por el duro final de temporada con sus clubes, especialmente los de Real Madrid, Barcelona y Atlético de Madrid, que han luchado hasta el final de campaña por la conquista de trofeos y han acabado lastrados por las lesiones, molestias o simplemente por una sobrecarga de kilómetros en sus piernas.

2. La falta de hambre

Prácticamente la totalidad de los futbolistas españoles que comparecieron tras la derrota, coinciden: ha faltado la ambición y la convicción necesaria e innegociable para volver a revalidar un título de campeón del mundo. Sin estos ingredientes es muy difícil lograr los objetivos y su falta se veía en la cara de los futbolistas desde la segunda mitad del partido frente a Holanda. Los jugadores no han tenido el ánimo ni la fortaleza mental suficiente para imponerse a sus rivales.

3. Un estilo de juego desgastado

De igual manera que se ensalzó cuando hubo que hacerlo el fútbol de toque de la selección española, que nos valió para ostentar el trono mundial durante seis años, hay que reconocer que el ‘tiki-taka’ ha pasado ya sus mejores días y a día de hoy está caduco.  A nuestros rivales ya no les coge por sorpresa ese fútbol brillantemente asociativo y dinámico que ponían en práctica los chicos de Del Bosque y han aprendido cómo anular al combinado español.

Ante eso, ha sido determinante la falta de un plan ‘B’ por parte del cuerpo técnico cuando el guion original -el toque-, fallaba. Ha llamado la atención la ausencia de hombres rápidos y desequilibrantes en la convocatoria, capaces de cambiar el transcurso de un partido en un momento dado.  Algunos futbolistas que venían de firmar temporadas excelsas, y que tenían esa chispa y frescura necesaria para afrontar una competición tan exigente físicamente como un Mundial, se han quedado fuera de la citación y quizás podrían haber sido determinantes.

4. Nuevos horizontes

No se trata de hacer sangre, de apuntar con el dedo o de señalar culpables, ni mucho menos. Se trata de intentar entender el porqué de esta caída tan en picado de la selección española. Después de Brasil 2014, se hace necesario un tiempo de balance, de diálogo y de encontrar la manera de volver a crear un grupo ganador, con la ilusión y el hambre que ha faltado esta vez.

Para ello, se antoja necesaria la aportación de nuevas ideas y de novedades significativas. En definitiva, se ha de acometer una reforma o cambio generacional desde el césped hasta el banquillo, con el único objetivo de volver a ensamblar las piezas para formar una España de garantías que siga bordando estrellas en su pecho. Se puede y se debe hacer.

 Alberto Ardila y José Antonio Vega

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