Opinión

Leo Messi, ‘Si tú no estás’

El 3 de diciembre del año 1996 la cantautora española Rosana, hizo su debut con el álbum Lunas Rotas, catapultándola al éxito y convirtiéndola en una de las artistas de referencia del pop español. En el citado disco fueron varios los sencillos que quedaron para el recuerdo, pero para el caso que nos ocupa hemos de detenernos especialmente en uno de ellos. Concretamente en ‘Si tú no estás’, pues de aquella letra de Rosana y contemplada la última y enésima maravilla de Leo Messi en el Sánchez Pizjuán, serán muchos los que en el mundo del fútbol extrañarán al de Rosario una vez que este haya dejado de crear sobre el pentagrama verde del juego.

Comienza la canción con este verso: No quiero estar sin ti, si tú no estás aquí me sobra el aire; y cuando Leo no esté el Barcelona y el aficionado a este juego no querrán estarlo, pero fundamentalmente a la pelota le sobrará el aire. Pues siguiendo con la canción y como escribe Rosana: No quiero estar así –nadie querrá estar, ni si quiera los aficionados del Madrid, puesto que Messi es un desafío para ellos, un extra de motivación. Nadie querrá estar…- Sencillamente porque juega como como cantando: Si tú no estás la gente se hace nadie – resulta obvio que todo aquel que ha tenido el privilegio de jugar junto a él, al sentir su ausencia parece mucho menos, se hace nadie y, un club tan grande como el Barcelona sentirá un seísmo, un vacío incluso mucho mayor al que ya experimentó cuando sufrió la marcha de Kubala o Cruyff-.

La pelota, ese elemento esférico de aire y cuero, rodará cantando al fútbol que: Si tú no estás aquí, no sé qué diablos hago amándote. Es más: Si tú no estás aquí sabrás, que Dios no va a entender por qué te vas. Pues el día que Messi no esté todos sabremos que ni el mismo Dios del balón entenderá por qué se va. Ese fútbol desilusionado cantará: No quiero estar sin ti, si tú no estás aquí me falta el sueño –dejará de soñar. Mientras que la pelota, dejará de latir y apenas podrá rodar/andar en la siguiente estrofa: No quiero andar así, latiendo un corazón de amor sin dueño.

Pues el día que Messi no esté, el Barcelona y todos derramarán sus sueños; con el mero hecho de pensar que ese día no está muy lejano a llegar, –si algún día no te tengo– se comprenderá que en su figura lo más grande se hizo lo más pequeño y viceversa. Absolutamente todos, ávidos de la presencia de Leo, pasearán por un cielo verde sin estrellas tratando de entender quién hizo un infierno el paraíso. Y es que aunque el Barcelona ruegue al tiempo que: no te vayas nunca porque no puede estar sin ti, ese día llegará y Leo será más grande aun de lo que ya es. Y a la pelota solo le quedará el aire, el aire de un vacío imposible de llenar; porque como ya hemos cantado y contado, ni Dios será capaz de entender por qué te vas. Por todo ello, mientras llega ese día, simplemente disfrútenlo o súfranlo, pero no lo dejen de ver, ni mostrar como ejemplo en las escuelas de fútbol, pues difícilmente vuelvan a contemplar algo igual.

Y es que Leo es simplemente eso, la constatación de que el fútbol, el Barcelona y el juego sin él se hace nadie, de que lo más grande siempre es lo más pequeño. Porque la pelota se sentirá cuando no esté como el título del exitoso álbum de Rosana, como una Luna rota, pues ay del Barça y el fútbol cuando recordándole todos cantemos: Si tú no estás aquí…

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