Reportajes

Maratón de Boston: historia de fe y sueños

«Un atleta debe correr con fe en su cabeza y sueños en su corazón”: Emile Zatopek, encumbrado en los Juegos Olímpicos de Helsinki de 1952, donde logró llevarse la medalla de oro en los 5000 y 10000 metros, así como en maratón.

Zatopek pasó de ser un héroe en su país, Checoslovaquia, -donde incluso alcanzó el rango de coronel- a ser tratado como un traidor. Durante años, se le privó de su libertad y fue obligado a trabajar en la mina y como barrendero en las calles de Praga. Todo por pensar diferente.

Correr te da la vida, pero solo te acerca a una libertad a veces efímera. En la pasada edición del Maratón de Boston, explotaron dos artefactos caseros junto a la línea de meta. El atentado se llevó la vida de 3 personas e hirió a casi 300.

La desgracia impactó a la tranquila ciudad de Boston y a toda la comunidad maratoniana. El maratón más viejo del planeta, herido de muerte en pleno siglo XXI. De sueños hablaba Zatopek, muchos de ellos se los llevaron las explosiones.

Jeff Bauman no olvidará aquel día. Su vida cambió el 15 de Abril de 2013. Esperaba en la línea de meta a su novia cuando explosionaron las bombas. Las imágenes del rescate son desgarradoras. Carlos Arredondo, uno de los muchos héroes improvisados que nacieron aquel día, logró sacarlo del caos y llevarlo a un hospital.

Jeff Bauman, junto a su madre.
Jeff Bauman ya camina, tras perder sus piernas. Foto | vnews.

Jeff había perdido las piernas. Comenzaba una nueva etapa. A pesar de todo, tuvo el valor para colaborar con el FBI e identificar a uno de los sospechosos que había colocado una de las mochilas-bomba junto a él.

Después de mucho esfuerzo y dedicación Jeff Bauman se ha convertido en un ejemplo de superación. Va a casarse con su novia, aquella chica a la que esperaba en la meta, y van a tener un hijo. Ahora anda con una prótesis y se ha quedado a las puertas de correr este año el maratón. Lo hará tarde o temprano.

Tampoco ha sido fácil para Adrianne Haslet-Davis. Esperaba en la meta junto a su marido cuando ocurrió todo. Amante del deporte y en especial del baile, toda su vida pasaba por dedicarse a los bailes de salón. Sufrió heridas muy graves en sus extremidades inferiores.

Su marido trató de salvar su pie, pero ya en el hospital no pudieron hacer nada. No se había dado cuenta de que había perdido un pie hasta después de la cirugía, su madre fue la encargada de decírselo.

Fue difícil aceptarlo, pero Adrianne también es hoy un ejemplo. Tras varios meses de lucha y gracias a una prótesis biónica, ha conseguido retomar su sueño y ha vuelto a subirse a un escenario para bailar.

En esta nueva edición del Maratón de Boston, héroes como Jeff o Adrianne estarán muy presentes. También los que corrieron peor suerte, como Martin, de solo 8 años, o los jóvenes Krystl y Lü.

Es momento de volver a recordar a Zatopek. Hablaba de sueños pero también de fe. La de aquel que busca la libertad. Aquella que a él también le arrebataron un día, pero que consiguió recuperar. La fe del que nunca la pierde, como Jeff, como Adrianne.

Chema Castillo.

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