Quién decía que La Vuelta 2019 iba a ser aburrida. Lejos de darle la razón a todos aquellos agoreros que preveían una edición de la ronda hispana descafeinada, la primera semana de la carrera española se ha empeñado en ser emocionante, vibrante, épica y, en ocasiones, agónica. Y todo ese conglomerado de sensaciones que hacen tan grande este deporte se han dado cita el cierre de este primer bloque de Vuelta a España en Andorra.
Más por perfil, dificultad y dureza que por kilometraje, la jornada en Andorra ha hecho honor a su denominación de ‘etapa reina’ de la ronda nacional. Tras una primera semana de tira y afloja, con algún duelo entre los hombres de la General, victorias agónicas de hombres de la fuga, dos ‘volatas’ y varios cambios de líder, las cartas ya llegaban encima de la mesa. Los cuatro hombres más fuertes se habían destacado durante esos primeros días plagados de repechos, trampas y una media montaña que ha seleccionado a ese cuarteto que, si no hay sorpresas, se jugará la victoria en Madrid.
La diferencia entre Miguel Ángel López (Astana Team), Primoz Roglic (Jumbo-Visma), Alejandro Valverde y Nairo Quintana (Movistar Team) era de 27 segundos. La nada. Insignificante. Como si de un empate se tratase teniendo en cuenta que ya había habido batallas más o menos serias en Calpe -con triunfo para Quintana- y en Más de la Costa -con victoria de Valverde-, aunque con un López que se había mostrado como el más fuerte hacia arriba y un Roglic sabedor de que su momento llegará en poco tiempo. Por cierto, que el jovencísimo Tadej Pogacar fue el gran triunfador de una de las grandes etapas de La Vuelta. Bravísimo, con solo 20 años.
Una partida de ajedrez
Con esa diferencia menor de medio minuto afrontaban los ‘cuatro fantásticos’ la explosiva etapa en Andorra, en donde una fuga de hombres de nivel marchaba hacia adelante en las primeras rampas del Coll d’Ordino (1ª). Una escapada que iba a caballo entre aquellos ciclistas que soñaban con la victoria de etapa y aquellos que suponían una avanzadilla para sus respectivos líderes.
Los tres equipos implicados en la lucha por la General metieron gente de nivel en esa fuga: Fuglsang, Fraile y Gorka Izagirre por parte de Astana; Kuss y Powless por Jumbo; y Pedrero y Marc Soler por parte del conjunto telefónico.
A pesar del ritmo alto del pelotón, la fuga fue haciendo kilómetros y se plantó con casi cinco minutos de margen en algún momento de la etapa. Pero con tanto gregario por delante, Movistar primero y Astana después no dejaron caer ese ritmo durante toda la etapa. Especialmente en La Gallina (Esp), puerto a priori más duro del día. El trabajo a medias redujo el grupo principal a una veintena de hombres y de su cola se iban descolgando, kilómetro a kilómetro, aquellos ciclistas que no podían con el ritmo de los grandes equipos de la carrera.
Precisamente en esa segunda subida del día, Esteban Chaves (Mitchelton-Scott) se descolgó, aunque no fue por falta de piernas sino por una avería que le iba a amargar una jornada que, sin duda, tendría marcada con rojo en su planificación.
Problemas de Chaves a parte, el enorme ritmo de carrera dejaba a muy pocos valientes con opciones por delante. El francés Geoffrey Bouchard (AG2R La Mondiale), Tao Geoghegan Hart (Team Ineos) y Ben O’Connor (Dimension Data) eran de los pocos que mantenían opciones de triunfo de la fuga pero pronto iban a quedar disipadas.
López pasa al ataque
Y es que la partida de ajedrez empezó. Miguel Ángel López se puso serio en el Alto de La Comella (2ª), a 20 km de meta, y demarró. A la primera solo consiguió calentar las piernas de sus rivales. Pero, en realidad, estaba calentando las suyas. A la segunda, el colombiano se marchó en solitario, como una exhalación, sin que los demarrajes de Valverde o Quintana, metros más tarde, pudieran intimidarle lo más mínimo.
Ya había parado Omar Fraile anteriormente para hacer la transición entre descenso de La Gallina y el inicio de La Comella. Ahora le tocaba el turno para Gorka Izagirre, aunque el ciclista vasco apenas pudo echarle un cable por algunos metros. Toda ayuda era agradecida. Igual que la que le aportó Jakob Fuglsang
El cielo se tornaba gris, o más bien negro. Ya en la subida a La Comella se veían las nubes y el diluvio no tardó en llegar. El agua y el granizo comenzó a caer sobre los corredores en el inicio del Alto de Engolasters (2ª), convirtiendo una jornada dura en una dantesca. Tan seria fue la tormenta que la conexión de televisión se perdió por varios minutos, esos minutos en los que organización, equipos, periodistas y aficionados nos preguntábamos si se llegaría al final o la etapa quedaría neutralizada.
Entre tanto, los ciclistas, los verdaderos protagonistas de este deporte, peleaban como titanes, gestionaban como podían ese tramo de ‘sterrato’ que tantos alicientes aportaba a la etapa.
La mala suerte de ‘Supermán’ y el renacer de Roglic
El resto intentábamos averiguar cómo marchaba la carrera tras ese tramo de tierra convertida en barro y el inicio de la subida final a Cortals d’Encamp (1ª). Al conocer las diferencias, veíamos que Quintana y Valverde habían recortado mucho tiempo a Supermán, que manejaba una diferencia superior a los 40 segundos.
Cuando las diferencias se convirtieron en imagen, ya en la subida a Cortals d’Encamp (1ª), los telespectadores pudieron observar a López junto a Valverde y Quintana. El colombiano, que se había caído en el tramo de tierra y había dañado la rueda delantera de su bicicleta, había sido neutralizado por los hombres de Movistar. No por Roglic, quien marchaba por detrás, regulando, conocedor de su cuerpo y de cómo responde en este tipo de etapas.
El final parecía hecho para los Movistar. El conjunto español contaba con la baza de Soler, destacado en cabeza, y con Nairo y Alejandro por detrás. Decidieron apostar por los capos. Demarró Valverde, probó fortuna, preparó el terreno y demarró Quintana. El colombiano logró irse, ya con la tormenta pasada y apenas algunos vestigios de lluvia arreciando sobre los corredores.
El de Tunja se fue con decisión hacia arriba y arrastró a un carroñero Pogacar que tenía el meritazo de, siendo un corredor tan joven, haber aguantado la rueda de los ciclistas más grandes del mundo. Movistar mandó parar a Soler quien, con un monumental cabreo, esperó a su líder colombiano del que apenas pudo tirar unos metros.
Pogacar, la estrella que deslumbró una controvertida estrategia de Movistar
Y es que el jovencísimo Pogacar aprovechaba la indecisión de Movistar y demarraba con potencia. Quintana estaba fundido, Soler cabreado por haber perdido todas las opciones que tenía (que eran muchísimas) y Valverde estaba muy lejos, controlando a López y a un Roglic que, resucitado tras quedarse atrás en Engolasters ante los ataques de los Movistar, había conseguido contactar con sus rivales.
Pogacar miró hacia arriba, se creció en un terreno que le gusta, con una meteorología que le encanta, y acabó ganándose la gloria en la cima de Andorra, en la cumbre de Cortals d’Encamp. Historia del ciclismo.
Por detrás, los enanos se le seguían subiendo a Supermán. A primera vista parecía mermado físicamente por la caída; a posteriori, el colombiano confirmó que tenía un pequeño problema en su rueda delantera que le impedía avanzar más rápido. Fruto de esos problemas, ‘Supermán’ vio como tanto Roglic como Valverde le dejaban atrás y perdía toda opción de ponerse líder. Un liderazgo que recoge Quintana, quien entró a 23 segundos del ganador, aunque el verdadero líder moral de la carrera -y que probablemente se vestirá de rojo el próximo martes en la crono- era Roglic.
El esloveno entró tercero, recogió bonificación y apenas cedió 25 segundos con Nairo. Detrás, Valverde entró con el mismo tiempo que el de Jumbo-Visma y López acabó dejándose un minuto con el ganador y 46 segundos con el nuevo líder de la carrera.
Eso sí, la general queda apretadísima, más igualada que nunca en lo que llevamos de carrera. Veinte segundos entre los cuatro primeros con Quintana en cabeza, Roglic a 6», López a 17» y Valverde a 20». Por detrás, los persiguidores, encabezados por el visoño Pogacar se sitúan a más de 1:40.
Resumen de la primera semana de Vuelta a España 2019
Por hacer un repaso de lo ocurrido durante esta primera semana, más allá de esta magnífica y entretenida jornada en Andorra, las trampas, las sorpresas y las caídas han sido protagonistas de la carrera:
Etapa 1 (CRE) | Salinas de Torrevieja – Torrevieja (13,4 km)
Todo comenzó con la crono por equipos de Torrevieja, ganada por Astana y salpicada por las duras caídas de Jumbo-Visma y UAE-Emirates. Ambos conjuntos cedían más tiempo del esperado en esta jornada, teóricamente, de transición.
Etapa 2 | Benidorm – Calpe (199,6 km)
Parecía que iba a ser un día para la fuga o para ‘outsiders’ pero Valverde endureció la carrera en la subida al Puig Llorença y la primera batalla entre grandes candidatos llegó. Se formaron dos grupos y Quintana se marchó en solitario, aprovechando un repecho final. Roche (se vistió de líder), Roglic, Urán y Aru fueron los beneficiados con un puñado de segundos respecto a los Pogacar, Valverde y López.
Etapa 3 | Ibi – Alicante (188 km)
Primera llegada masiva de la carrera. La fuga apretó como cada día pero los equipos de los velocistas acabaron controlando el final de etapa. Sam Bennett cumplió con el guión y se impuso ante Theuns y Mezgec tras haberse quedado Gaviria.
Etapa 4 | Cullera – El Puig (175,5 km)
Segunda volata consecutiva. En esta ocasión el Deceunink hizo sufrir a Bennett y Gaviria a base de potencia y su hombre rápido, Jakobsen, les doblegó contrapronóstico en línea de meta.
Etapa 5 | L’Eliana – Observatorio Astrofísico de Javalambre (170,7 km)
Primer final en alto de la carrera y los hombres de la general desconectaron hasta la subida final. Ello propició que una fuga formada por dos hombres del Burgos-BH, Ángel Madrazo y Jetse Bol, y José Herrada (Cofidis), se jugarán la victoria. Tras haber atacado y haberse quedado en varias ocasiones, el cántabro, en plena lucha por el maillot de la montaña, arrancó en el último kilómetro y se impuso. Por detrás, los equipos se pusieron serios y López arañó un puñado de segundos tras un ataque en la subida y recuperaba el maillot de líder.
Etapa 6 | Mora de Rubielos – Ares del Maestrat (198,9 km)
De nuevo, jornada para la fuga con un final bonito y en el que Jesús Herrada (Cofidis) remató el trabajo de Dylan Teuns (Barhein-Merida). El belga peleó por vestirse de rojo y no disputó la etapa al conquense que se cubrió de gloria con su primer triunfo en una gran vuelta.
Etapa 7 | Onda – Más de la Costa (183,2 km)
Jornada para los favoritos quienes se jugaron las habichuelas en la explosiva y durísima subida final. Trabajazo de Quintana quien intentó marcharse y endurecer el ritmo en favor de un Valverde que cumplió con el guión y remató al sprint a sus rivales. La doble baza de Movistar funcionó esta vez y López recuperó el maillot de líder.
Etapa 8 | Valls – Igualada (166,9)
Un día más, llegó la fuga debido a la proximidad del Alto de Montserrat y la línea de meta. Nikias Arndt (Team Sunweb) venció al sprint bajo el diluvio y Teuns volvió a vestirse de rojo. Alex Aramburu (Caja Rural) acabó segundo y rozó el triunfo en la ronda hispana.
Etapa 9 | Andorra La Bella – Cortals d’Encamp (94,4 km)
Jornada corta pero durísima marcada por el tormentón que cayó en la parte decisiva de la carrera. Parecía que López era el más fuerte y que iba a ganar una buena renta después de un ataque a veinte kilómetros del final pero una caída le hacía incluso perder tiempo con respecto a Quintana, Valverde y a un Primoz Roglic que parecía quedarse atrás en la parte final de la carrera pero acabó resurgiendo.
El esloveno es gran candidato a vestirse de rojo tras la crono de Pau. La victoria fue para el jovencísimo Tadej Pogacar quien aprovechó la indecisión de Movistar y su grandísimo talento.
Fuente de las fotos: Vuelta a España oficial, Astana Team, Jumbo-Visma y Movistar Team.