- El deporte no fue la gran estrella de un Mundial de Atletismo de Doha que, a pesar de regalar momentos de mucha brillantez, nunca consiguió liberarse de sus sombras.
Entre todas las polémicas que rodearon al Mundial de Atletismo de Doha desde su propia designación, donde ya planeó la sombra de la corrupción, y prosiguió más adelante con el traslado de la competición al otoño, el deporte no ha ocupado grandes focos, algo a lo que también ha contribuido la ausencia de grandes estrellas.
Como era de esperar, el temido calor se hizo notar desde la primera sesión, con el espectáculo de unos 50 kilómetros marcha repletos de abandonos, paradas e indisposiciones, con las peores marcas de la historia, algo que se repitió, en gran medida, en los 20 kilómeros, así como en el maratón.
Tampoco ayudó la polémica sobre las nuevas cámaras colocadas en la salida de las pruebas de velocidad, la cual generó la protesta de varias mujeres por una vulneración de intimidad, como también fue un duro varapalo la sanción por dopaje a Alberto Salazar, el entrenador de grandes atletas como Sifan Hassan, la gran reina de este evento
Las mujeres relucen en el Mundial de Doha
La neerlandesa Hassan fue la protagonista de dos de los momentos más brillantes. Comenzó su gesta en una final de los 10.000 metros, donde su inteligencia fue determinante para aguantar el ritmo de etíopes y kenianas, para llevarse su primer titulo global con marca del año, algo que también repitió en su especialidad, un 1500 donde consumó su doblete.
Sin duda, Dalilah Muhammad también se erigió como una de las grandes reinas de este Mundial al conseguir su segundo récord del mundo de la temporada (52.16) tras un extraordinario mano a mano con su compatriota Sidney McLaughlin.
Asimismo, otro de los momentos más estelares del Mundial de Atletismo fue la carrera del 400 metros, la mejor de la historia en un Mundial. Los 48.15 de Salwa Eid Naser, segunda mejor marca de la historia, llevan la distancia a otra dimensión en la que batir el sempiterno récord de Marita Koch (47,60) ya parece posible. Su duelo con Shaunae Miller-Uibo promete depararnos grandes dosis de emoción en los próximos años.
Sin duda, las mujeres protagonizaron algunos de los hitos más espectaculares de este controvertido Mundial de Atletismo de Doha, que consolidó, más todavía, a Yulimar Rojas como la emperadora del triple salto. Consiguió su segundo título, arrasando a sus rivales (45 centímetros de ventaja sobre la jamaicana Ricketts), con una marca de 15.37 a solo 13 centímetros de un récord mundial que acabará cayendo por su propio peso.
Del mismo modo, también hay que destacar el cuarto título mundial de una sensacional Shelly-Ann Fraser Pryce en 100 metros y sus 10.71, la 18ª medalla mundialista de Allyson Felix, el salto de nivel de la longitud con Malaika Mihambo (7.30), así como el extraordinario duelo entre Mariya Lasitskene y Yaroslava Mahuchikh, la ucraniana de 18 años que puso en jaque a la ya tricampeona mundial, con sus 2.04.
La mejor final de la historia
Paralelamente, si hubo una final en este Mundial de Atletismo de Doha que pueda ser considerada como la mejor de la historia esa es la de peso masculino, donde Thomas Walsh se encaminaba hacia el oro con un espectacular 22.90 en su primer intento, cuando Joe Kovacs aprovechó el último lanzamiento para llegar hasta los 22.91 y quedarse con el oro. Para completar la exhibición, Ryan Crouser arrebató la plata al neozelandés repitiendo un 22.90, que dejó el podio en un pañuelo.
Sobre las pistas, Doha supuso la consolidación de Christian Coleman, como rey de los 100 metros, con la sexta mejor marca de la historia (9.76), aunque todavía sigue lejos de los registros de Bolt. Mientras, los 200 fueron de Noah Lyles, a quien su extraordinaria superioridad le privó de hacer una gran marca (19.83). A reseñar, en ambas pruebas, el regreso de Andre De Grasse tras sus lesiones, con el bronce en la distancia corta y la plata en la larga.
Donde tampoco hubo grandes marcas fue en el 400 vallas, en contra de las expectativas generadas por el duelo entre Karsten Warholm, Rai Benjamin y Abderrahman Samba, que se situaron muy lejos de sus espectaculares marcas, cercanas al récord del mundo, algo para lo que resultó diferencial el gran dominio del noruego, que sumó su segundo título consecutivo.
Quien se quedó con la miel en los labios fue su compatriota Jakob Ingebritsen, que se quedó sin medallas, primero en el 5.000 ante el ritmo infernal al que le sometieron los etíopes, rematado por un gran Edris; y después en el 1500, ante un enorme Cheruiyot, que celebró su primer título mundial.
Tampoco respondió a la altura de las expectativas Juan Miguel Echevarría en el salto de longitud, quien llegaba con expectativas de récord del mundo y se quedó con la plata en este Mundial de Atletismo 2019 tras la soprendente irrupción de Teejay Gayle, uno de los grandes nombres del campeonato, gracias a un espectacular 8,69.
También hay que reseñar la madurez de Armand Duplantis, que, a sus 19 años, se quedó sin su primer oro en pértiga, pero peleó hasta el final con un solidísimo Sam Kendricks, así como la espectacular carrera de Donovan Brazier en el 800 metros (1.42.34), con la mejor marca de la historia de los Mundiales, sin olvidar el regreso triunfal de Mutaz Essa Barshim ante su público.
España, progresión constante
Pese a las decepciones de Fernando Carro (undécimo en 3.000 obstáculos), Adel Mechaal (eliminado en las series de 1500) y los marchadores, muy lastrados por las altas temperaturas, España ha consolidado su progresión de los últimos años en el Mundial de Atletismo de Doha.
Orlando Ortega devolvió a la delegación española su presencia en el medallero tras la doble reclamación que convirtió su quinta plaza en bronce tras el encontronazo con Omar McLeod. Además, sumó 7 finalistas, el mejor registro desde Osaka 2007, en el que además de los 7 finalistas se lograron 3 medallas.
La proeza de Adrian Ben -sexto en los 800 metros a los 21 años- fue el símbolo de una delegación española que empieza a demostrar la calidad competitiva de las nuevas generaciones y mantiene a bastiones como García Bragado (octavo en los 50 kilómetros marcha a los 50).
Además, Ana Peleteiro (sexta en triple salto), Eusebio Cáceres (séptimo en longitud), Javier Cienfuegos (séptimo en martillos), Julia Tákacs (octava en 50 kilómetros marcha) y María Pérez (octava en 20 kilómetros) fueron una muestra más de las posibilidades de un atletismo que va a más.
Tras este tardío Mundial de Atletismo de Doha, la siguiente cita, diez meses después, serán los Juegos Olímpicos de Tokyo, el objetivo de la mayoría de unos atletas que buscarán completar su ciclo con el oro al cuello, lejos de la polémica de este evento.