Reportajes

Ricardinho, el mago humilde

No hay duda, los fenómenos paranormales existen. La pista azul de la Liga Nacional de Fútbol Sala lleva siendo testigo de ellos desde el verano de 2013. El artífice y máximo culpable no se esconde. Su nombre es Ricardo Filipe da Silva Braga, apodado como “O’Mágico” y conocido por todos como Ricardinho.

Desde su aparición nada ha sido lo mismo. El fútbol sala se ha actualizado, se ha reinventado. Mucha culpa de esto la tiene él. En Torrejón tienen la suerte de disfrutarle como aliado. Otros, en cambio, son afortunados en sufrirle como enemigo.

Choca bastante que una figura tan inmensa como la suya, con tanto talento, pueda tornarse en la máxima expresión de humildad y respeto sobre la pista. Quizás en sus orígenes se encuentre el porqué de esta circunstancia.

Ricardinho nació en una pequeña ciudad al norte de Portugal. Fanzeres, concretamente. Al igual que cualquier niño, soñaba con marcar goles en los grandes estadios, por eso comenzó a jugar al fútbol. Sin embargo, con tan solo 10 años tuvo que hacer frente a una dura experiencia que marcaría su futuro y que le haría madurar de forma repentina. Un terrible incendio arrasó con todo, dejándole prácticamente con lo puesto. Su vida acababa de dar un giro radical.

Una vez pasado el mal trago, Ricardinho vio como todas sus ilusiones se esfumaban de un plumazo cuando un técnico de las categorías inferiores del Oporto le rechazó, amparándose en que era muy bajito. Menos mal que aquel iluminado se equivocó.  Casualidades del destino, Carolina Da Silva, entrenadora del Gramidense, se cruzó en su camino y le invitó a cambiar las calles y placetas por el parquet. El primer paso hacia su gloriosa trayectoria ya estaba dado.

Del Gramidense puso rumbo al Miramar, donde coincidió con José Manuel Leite, al que reconoce como su padre en esto del fútbol sala. Su evolución iba a toda velocidad, no se conocía cuál sería su techo (a día de hoy hay que decir que tampoco). A nadie le extrañó que el Benfica llamara a su puerta y le consagrara como lo que es, una auténtica estrella. Fue entonces cuando a su calidad se le unieron los títulos. Aunque no todo fueron alegrías, puesto que aquella derrota en la final de la Copa de Europa frente a Interviú supuso un punto de inflexión. Tarde o temprano, ese escudo rival debía descansar sobre su pecho. Y así fue.

Aterriza en España

Tras un paso fugaz por el Nagoyan Oceans Japonés y el CSKA de Moscú, saltó la gran, a la vez que esperada, bomba. Inter Movistar anunciaba a los cuatro vientos que Ricardinho se convertía en nuevo jugador de la entidad. La mejor liga de fútbol sala del mundo le acogía con los brazos abiertos. Empezaba una nueva era para él y para todos los amantes de este deporte.

Su llegada no se produjo en el mejor contexto posible. El club no atravesaba por su mejor momento. Pero Ricardinho es un hombre que no se deja amilanar por las dificultades, sabe sobreponerse a las adversidades y, obviamente, le encantan los retos. Los pronósticos se han cumplido con creces: 4 LNFS, 3 Copas de España, 1 Copa del Rey y 2 Supercopas de España, suculento botín que aún puede engrandecerse.

En definitiva, hablar de Ricardinho es hablar de un jugador completo en todos los aspectos, tanto dentro como fuera de la cancha. El espectáculo es su bandera, y las fintas, regates, pases y goles son su seña de identidad. Hay que dar las gracias por tenerle entre nosotros, por poder disfrutar cada jornada de sus trucos, que en innumerables ocasiones escapan a la razón. Está haciendo historia y ya es toda una leyenda. Una leyenda que, por fortuna, está muy lejos de decir su última palabra. Por el momento, acaba de renovar su contrato hasta 2020.

Carlos Garrido

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