El motivo por el que Sébastien Ogier ha ganado seis títulos consecutivos de rallies daría para un artículo extenso (que quizás abordemos en un futuro), pero una de las razones se vio el pasado fin de semana en Turquía.
El titular breve podría ser: “Sébastien Ogier ganó el Rally de Turquía tras medio año sin triunfar”, pero el diablo está en los detalles, o por decirlo de otra manera, lo importante no es qué hizo, sino cómo lo hizo.
No es la primera vez que “Seb II” se pasa largas temporadas sin ganar una prueba. Ya le pasó en sus últimos años en Volkswagen, cuando el orden de salida le perjudicaba dos días, al ser él siempre el líder del campeonato. También en M-Sport, pues batallaba contra estructuras oficiales a bordo de un Fiesta WRC con el apoyo parcial de Ford. Pero en esta ocasión su C3 WRC oficial se encuentra muy por detrás de los demás coches, inclusive el de su exequipo. Pero en Turquía el francés convirtió la desventaja en su apoyo.
Turquía en sus dos años en el mundial se ha ganado la fama de rompecoches, con pistas de tierra muy lentas y plagadas de rocas, muy al estilo del Rally de Chipre que durante unos años estuvo en el mundial y ahora hace la vida imposible a los pilotos del campeonato europeo y medio oriental. El pasado año Tänak ganó contra todo pronóstico, tras la debacle de sus rivales. Pero en una prueba tan lenta, los defectos de un tren delantero inestable y que peca de subviraje como es el del C3 WRC, se mitigan en gran parte. Una vez eliminada esta desventaja, sólo hay que ser paciente, saber guardar la ropa y esperar que tus rivales fallen o salgan a la luz los respectivos fallos endémicos de sus vehículos. Y, en efecto, sucedieron ambas cosas.
Empiezan los problemas
Tänak acababa el viernes en la cuneta, su Yaris WRC acumulaba un problema nuevo: La ECU (o centralita electrónica) del coche fallaba justo antes de comenzar el último tramo del día. Poco le duraba el salvavidas de puntos acumulado en los dos últimos rallies. No era lo más oportuno cuando el líder del mundial se encuentra negociando la renovación con su equipo. Por cosas como estas se han perdido mundiales…
El tercer contendiente por el título, Neuville, tendría en cambio un buen viernes, siendo el único capaz de seguir el ritmo de los Citroën, pletóricos en una prueba donde sus debilidades pasaban desapercibidas. Pero el líder no era Sébastien Ogier, sino Esapekka Lappi.
Cuestionado durante toda la temporada (y con razón), tras un notable Rally de Finlandia, donde finalizó en segundo lugar, aprovechó su retrasada posición de salida para ir marcando una serie de buenos cronos que le permitieron auparse a la primera posición al término del día, capaz de sacarle 17 segundos al jefe de su gallinero.
No era el único actor extraño en el día inaugural, Latvala, Meeke, Suninen o Mikkelsen aprovecharon los beneficios de no luchar por un cetro mundial para copar las primeras plazas de la clasificación al no tener que limpiar los caminos.
Incluso Sordo podría haber estado entre la lista mencionada en el párrafo anterior, de no haber sido por un pinchazo en la primera especial del día. No obstante el cántabro se reivindicaría con un scratch al término del primer día.
El rally no perdonaba a nadie, machacando las esperanzas de Latvala de obtener un resultado notable con otro pinchazo que le bajaba al octavo lugar y ennegrecía el rally de Toyota.
Todo de cara para Citroën
Por si la alegría en Citroën no era suficiente con un posible doblete, el sábado comenzaba de la mejor manera posible. Neuville probaba la resistencia la resistencia de su rueda izquierda contra una roca y se dejaba cuatro minutos y medio en el camino, bajando del tercer al noveno lugar. Su plaza de podio la heredaba Suninen, que sin hacer mucho ruido seguía realizando un rally impecable. Sin embargo este sería adelantado en la siguiente especial por Mikkelsen, que de la misma manera se las estaba arreglando para mantenerse lejos de los problemas.
El drama no paraba y Tänak repetía los mismos problemas eléctricos del viernes. Descartando así toda posibilidad de remontada (marchaba séptimo) y obligándole a conseguir tan sólo los puntos de la Power Stage. Con el cabreo lógico del nórdico, declaraba que con problemas así era difícil luchar por el campeonato.
El resto del día estaría reservado por la lucha entre compañeros de equipo. Ogier no estaba dispuesto a que su propio compañero le arrebatase la victoria, presionando hasta que finalmente en la penúltima especial se alzó con el liderato por casi cinco segundos. Una diferencia exigua que el finlandés reduciría justo después con un scratch que dejaba las cosas a sólo un par de décimas.
La otra batalla tenía lugar entre Latvala y Meeke, ahora convertidos en los emisarios de Toyota para intentar recortar el máximo de puntos posibles a Hyundai en el apartado de marcas. Una pelea por la sexta plaza con un continuo intercambio de posiciones que por el momento se llevaba Latvala gracias a un pinchazo de Meeke.
Aunque las órdenes de equipo para el último día eran de esperar en ambas situaciones, tanto Ogier como Latvala se encargarían de ganarse su posición sin “movimientos extraños”.
Latvala lo haría mediante un scratch en la decimoquinta especial que definitivamente pondría tierra de por medio entre ambos. Por su parte Ogier lo tuvo un poco más complicado para terminar de sentenciar al compatriota de Jari Matti, ya que sendos Citroën llegaron a calcar tiempos en la especial del scratch de Latvala. La tranquilidad de Ogier y el ataque de ansiedad del equipo 0 no llegarían hasta la penúltima especial, con un trompo de Lappi que casi pone en riesgo el doblete. Por suerte para ellos Mikkelsen aún se encontraba lejos.
Minimizando daños
La Power Stage fue un mar de tiburones, con Tänak llevándose los cinco puntos tras una estrategia conservadora de neumáticos durante toda la jornada e ir al límite durante la especial. Por detrás un Neuville que vuelve a convertirse en el rival más débil, con un rally casi tan pobre como el de Tänak, llegando octavo a meta.
Tercero fue el triunfador del rally, que todos los años ha mostrado sus mayores fortalezas en el tramo final de cada temporada, algo que parece que no cambiará de momento. Entre ambos hay ya sólo 17 puntos. Una garantía de absolutamente nada con tres pruebas restantes, y más teniendo en cuenta la inestable situación del estonio. La fiabilidad de su vehículo es una ruleta rusa, capaz de auparle a lo más alto o de trastocarle el fin de semana sin previo aviso, independientemente de lo que él haga.
Fue precisamente el cuarto en la Power Stage, Latvala, el que más hizo por su equipo en este rally. Aunque su temporada sigue sin mejorar y no tiene pinta de que pueda continuar su racha de al menos una victoria por temporada.
El último punto fue a parar a Suninen, cuarto en la general tras uno de los pocos rallies inspirados de Mikkelsen y un Sordo que una vez más, se ve traicionado por la mecánica o un incidente aislado y vuelve al infame terreno del “¿y sí?”. Resultados buenos que no brillan lo suficiente por causas ajenas. Aun así cuenta con la confianza del equipo y Andrea Adamo ya está pensando en su renovación. Por no hablar que ha ido añadiendo progresivamente más pruebas a lo largo de su temporada. De las seis iniciales, a las ocho finales… Todo coronado con su victoria en Cerdeña.
Suninen por su parte logró con su cuarta plaza uno de los mejores resultados de la temporada en uno de los rallies más complicados posibles. Lo que hace pensar que M-Sport no se ha equivocado al subirle al primer equipo, con el consiguiente subidón de presión que conlleva.
Vencedores y derrotados
Al contrario que en muchos otros rallies, en esta ocasión se invirtieron los papeles, con Citroën llevándose toda la gloria y Toyota conformándose con los puntos de Latvala y Meeke (6º y 7º respectivamente), más la PS de Tänak. Con la oportunidad perdida de acercarse a Hyundai en el campeonato de marcas, que si bien tiene más lejano el de pilotos, con 30 puntos de diferencia entre Neuville y Tänak, el otro campeonato parece más favorable salvo catástrofe, ya que en esta ocasión los “escuderos” estuvieron mucho más inspirados, conteniendo en todo momento a Toyota.
Otras categorías
En ese desierto llamado WRC2 Pro, la victoria fue para Gus Greensmith, bajado de categoría tras dos rallies nefastos con el Fiesta WRC (su lugar en el primer equipo lo tomó Pontus Tidemand, que tampoco hizo nada destacable).
Una carrera de supervivencia donde Kopecky llegó a ser líder holgado por más de tres minutos, hasta que los pinchazos y la persistencia de Greensmith fueron minando poco a poco la distancia entre ambos, hasta que nuevamente las piedras del rally hicieron su trabajo y dieron el liderato al británico, que no lo abandonó ni tan siquiera tras un vuelco en el penúltimo tramo final.
Historia completamente diferente en el WRC2 normal, donde Kajetanowicz dominó de principio a fin.
La próxima prueba será el Rally de Gales, del tres al seis de octubre.
Clasificación Rally Turquía 2019
1º Ogier/Ingrassia (FRA) Citroën Total WRT. 3:50:12.1
2º Lappi/Ferm (FIN) Citroën Total WRT. +34.7
3º Mikkelsen/Jaeger (NOR) Hyundai Shell Mobis WRT. +1:04.5
4º Suninen/Salminen (FIN) M-Sport WRT. +1:35.1
5º Sordo/Del Barrio (ESP) Hyundai Shell Mobis WRT. +2:25.9
6º Latvala/Anttila (FIN) Toyota Gazoo Racing WRT. +2:59.1
7º Meeke/Marshall (GBR) Toyota Gazoo Racing WRT. +3:53.3
8º Neuville/Gilsoul (BEL) Hyundai Shell Mobis WRT. +5:34.8
9º Tidemand/Floene (SWE/NOR) M-Sport WRT. +7:22.9
10º Greensmith/Edmonson (GBR) M-Sport WRT. +15:18.7
Clasificación Mundial
1º Tänak/Järveoja (EST) Toyota Gazoo Racing WRT. 210pts
2º Ogier/Ingrassia (FRA) Citroën Total WRT. 193pts
3º Neuville/Gilsoul (BEL) Hyundai Shell Mobis WRT. 180pts
4º Mikkelsen/Jaeger (NOR) Hyundai Shell Mobis WRT. 94pts
5º Meeke/Marshall (GBR) Toyota Gazoo Racing WRT. 86pts
6º Latvala/Anttila (FIN) Toyota Gazoo Racing WRT. 84pts
7º Suninen/Salminen (FIN) M-Sport WRT. 83pts
8º Lappi/Ferm (FIN) Citroën Total WRT. 80pts
9º Evans/Barritt (GBR) M-Sport WRT. 78pts
10º Sordo/Del Barrio (ESP) Hyundai Shell Mobis WRT. 72pts