El Sevilla FC ha endosado un serio correctivo al Real Madrid en la sexta jornada de La Liga (3-0). El Sánchez-Pizjuán hizo valer su condición de «estadio maldito» para los merengues en una noche en la que todo le salió de dulce a los locales. André Silva, por dos veces, y Ben Yedder sellaron la victoria rojiblanca en la primera mitad.
A pesar de que Nervión siempre es una salida complicada para el cuadro de Chamartín, la forma en la que se ha producido la derrota del Madrid no ha sido habitual. A continuación analizamos las claves de este abultado resultado que aprieta aún más la competición en este primer tramo, tras el pinchazo del Barça en Butarque y la victoria del Atlético de Madrid sobre el Huesca en el Metropolitano.
El atrevimiento de Machín
No lo tenía nada fácil el técnico sevillista, pero lo cierto es que su valiente planteamiento le dio unos frutos inimaginables. Las bajas por lesión de hombres como Escudero, Mercado o Gonalons han condicionado en exceso al técnico soriano en las últimas semanas, hasta el punto de verse forzado a cambiar su sistema y jugar con dos delanteros, ante la carencia de mediocentros.
Machín sacrificó el músculo de Roque Mesa, su único pivote defensivo, para utilizar en esas funciones a Ever Banega, al que acompañó de Franco Vázquez y Pablo Sarabia. Estos tres jugadores surtieron de balones a la dupla André Silva – Ben Yedder. Esto, unido a las internadas por el carril diestro de Jesús Navas, se traducen en un equipo titular con seis hombres de marcado carácter ofensivo. Hace falta mucha confianza en sí mismo para plantear un partido así ante el Real Madrid.
Sacrificio de los mediocentros
Precisamente para que el planteamiento diese buenos resultados, Pablo Machín necesitaba el 100% de sus centrocampistas. Banega regaló una primera mitad de ensueño a los amantes del fútbol. El argentino demostró que es un ‘purasangre’, y además de repartir magia fue el primero en ponerse el mono de trabajo.
Tampoco estuvo solo el ’10’ del Sevilla en esa tarea. La enorme ayuda de Franco Vázquez y de Pablo Sarabia tanto en las recuperaciones como en la presión hizo el trabajo mucho más fácil a todo el equipo. Vázquez atraviesa su mejor momento desde que fichó por el Sevilla. El argentino se siente a gusto en el esquema de juego de Machín. Es feliz y reparte felicidad.
Acierto de los delanteros
Como decíamos en líneas anteriores, las circunstancias han obligado a Machín a variar su definido sistema para incorporar a Wissam Ben Yedder y a André Silva en su once titular. El resultado no ha podido ser más positivo. Entre los dos han marcado siete goles en los últimos dos encuentros ligueros, a los que hay que sumar los dos que el ariete galo anotó el pasado jueves al Standard de Lieja en la Europa League.
La falta de gol era precisamente uno de los grandes males del Sevilla desde que se fue Kevin Gameiro, pero ante el Real Madrid, la nueva dupla atacante de los de Nervión ha demostrado ser de totales garantías. Mientras que el portugués ejerce labores de arrastre de centrales y contención de balón (juega muy bien de espaldas a la portería), el franco-tunecino aprovecha los espacios a las mil maravillas para crear ocasiones de peligro.
La efectividad ofensiva del Sevilla es máxima, con 14 goles a favor en los últimos tres partidos.
Pasividad madridista
El Sevilla sacó la peor cara del Real Madrid de Julen Lopetegui. Los blancos, ayer de rojo, no fueron capaces de poner en aprietos a sus rivales durante la primera mitad. Se vieron superados en todas las facetas del juego.
Sin el balón en los pies, fueron meros espectadores de la función sevillista. Y cuando tuvieron el cuero entre sus dominios, la poca velocidad que le imprimieron a sus jugadas favorecía que el bloque defensivo del Sevilla se armase para ser inexpugnable. Tan solo el palo de Bale, tras un chut desde fuera del área, les pudo meter en el partido cuando el marcador reflejaba un 2-0. Benzema estuvo ausente y Asensio no consiguió conectar con ninguno de sus compañeros.
Resistencia local
En la segunda mitad, el Madrid dio señales de vida. Modric pudo meter en el choque a los suyos, pero el VAR atestiguó que su posición era ilegal cuando recibió el pase de gol. El croata fue el único que se salvó del bochorno, y volvió a gozar de otra ocasión, pero Vaclik se la desbarató al igual que hizo con Bale en un mano a mano. El resto de fuegos los apagaron los tres centrales nervionenses (Carriço, Kjaer y Sergi Gómez).
El guardameta checo del Sevilla está siendo una de las grandes sensaciones del arranque liguero. Sus estiradas son propias de un arquero de quilates, y la seguridad que transmite a sus compañeros -y a la grada- hacen pensar que se seguirá hablando mucho y bien del ex del Basilea. Vaclik, además, se ha metido en el bolsillo a todos los sevillistas con un gesto que denota compromiso; y es que el meta apenas pudo descansar en la noche previa al partido. La pasó en Urgencias con su hija. El club le ofreció descanso, pero el meta se negó a soltar los guantes.
Foto: Daniel González