Simone Biles se ha convertido en una leyenda con su gran actuación en los Mundiales de Sttutgart, venció en barra y suelo acumulando 25 medallas en Campeonatos del Mundo. Supera con este récord a otra leyenda, el bielorusso Vitaly Scherbo y se corona como la gimnasta más laureada de todos los tiempos, 19 de ellas de oro. Y cinco preseas olímpicas, incluyendo cuatro oros, todas en los Juegos de Río en 2016.
La gimnasia artística ha sufrido una transformación en los últimos 30 años. Se dice que ha perdido elegancia, esa propia de la vieja escuela de la Europa del Este -la auténtica cuna de esta disciplina-, pero a cambio ha sido compensada con la increíble potencia de saltos y piruetas que están potenciando las deportistas estadounidenses como Simone Biles, acompañando cada actuación con una sonrisa que enamora al público.
Los cambios también se han visto influenciados en las deportistas protagonistas y los países estrella, a nivel internacional Ucrania y Rumanía han dominado en este deporte, pero en los últimos años la superioridad de las deportistas estadounidenses, como es el caso de Simona, ha sido incuestionable. En la memoria han quedado atrás los grandes duelos entre Nadia Comaneci, Nelli Kim y Elena Davidova. Parece ser que la época dorada de Rumanía se hunde calamitosamente.
Muchos cambios han marcado la evolución en la gimnasia artística deportiva, Comaneci cambió un rumbo, Natalia Yurchenko innovó elementos que se generalizaron como su rondada en el salto de potro y por supuesto Simone Biles que ha sido capaz de crear su propio movimiento “El Biles”, un doble mortal en plancha que termina con medio giro y tras el que aterriza a ciegas.
La solidez, perfección en los saltos, la potencia y la mejora de las capacidades han dominado abrumadoramente la gimnasia de los últimos tiempos.
Una carrera legendaria
La irrupción definitiva de Simone Biles como senior fue en el año 2013 con su debut en la categoría absoluta en la American Cup y la consecución meses después de un oro y cuatro platas en los Nacionales Estadounidenses. Esta actuación le otorgó el billete a los Mundiales de Amberes en el que obtuvo un oro en el concurso general y en suelo, plata en salto y oro por equipos. Todo hacía prever el inicio de una carrera legendaria que continuó en Nanning 2014 y Glasgow 2015.
La gloria olímpica le llegó con los Juegos Olímpicos de Río 2016 donde pasó a formar parte de la revolución gimnástica en la historia de esta disciplina. Cuatro oros en el concurso general, por equipos, en suelo y en salto y un bronce en la barra de equilibrios.
En los Mundiales de Doha 2018 brilló con sus cuatro oros, una plata y un bronce y recientemente un año después, es la mejor de la historia de los Mundiales y la única gimnasta que ha conseguido tres veces de forma consecutiva (2013, 2014 ,2015).
Potencia y definición física en 1,42 metros
Su dominio de la disciplina es innato, espectacular en todos los movimientos, hace fácil lo que parece imposible. Sus mortales clavados y sus movimientos en barra y suelo, hacen de un talento imparable. Lleva el cartel de estrella olímpica con sus ejercicios soberbios, que no dejan a nadie indiferente. Es un cóctel perfecto y un ejemplo de superación con una infancia muy dura, que ha sabido superar y llegar hasta el culmen de su pasión, la gimnasia, su vía de escape y a lo que se aferró.
Simone Biles se asimila a su compatriota Mary Lou Retton, quien tuvo su protagonismo en los Juegos Olímpicos de los Ángeles. Las norteamericanas se nutren de la dificultad para elevarla a su máxima potencia, muy diferente a las escuelas rusas y chinas. Biles pasa a tener unas cualidades y condiciones superlativas.
Comaneci vs Biles, las “Niñas diez”
Si comparamos a ambas deportistas podemos observar estilos diferentes entre la rumana y la estadounidense. Su físico, su personalidad y la mutación de la disciplina con el paso de los años.
Mayor dificultad y una condición física más fuerte caracteriza a Simone Biles frente a Nadia Comaneci. La gimnasta estadounidense es fuerza de la naturaleza y ejemplo de superación, con su enorme potencia física y una preparación previa más intensa. Por su parte Nadia Comaneci se caracterizaba por su técnica, timidez y elegancia.
Los ejercicios de suelo de la rumana eran hermosos para su tiempo, pero sin duda no se pueden comparar con la dificultad que les imprime la norteamericana.
Los objetivos de Simone Biles son imparables. Su próxima cita, los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020 donde la norteamericana busca ser la primera mujer deportista en conseguir al menos cinco oros tras la nadadora alemana Kristin Otto que la catapultó en Seúl 1988.