La Serie A ha abandonado, un año más, el color. Gracias a Massimiliano Allegri y su grandísimo trabajo al frente de la Juventus. La élite del Calcio se ha teñido, otra vez, de blanco y negro. Y es que este sábado tuvo lugar en Turín uno de los partidos más esperados de la temporada: Juve-Napoli.
El duelo, correspondiente a la séptima jornada, permitió a los aficionados al fútbol italiano vivir una verdadera gran remontada de los juventinos, ante un Nápoles que comenzó golpeando primero, pero que se vio sobrepasado por un auténtico remolino constante de fútbol ofensivo.
Comenzó el encuentro influenciado por una muy intensa presión del Napoli en el inicio de la jugada local desde la zaga. La Juventus, fiel a su intención de comenzar a jugar el balón con paciencia y en corto, se veía amenazada en todo momento, siendo la presión más enfática hacia Bonucci y Chiellini, los encargados de comenzar la red de la circulación del esférico. A pesar de que, al ser Insigne y Mertens los ejecutores más altos de la presión, Pjanic quedaba liberado entre ellos para recibir de cara a través de Szczęsny, Allan y Hamsik, quienes se encargaban de complicar el giro rápido tras recibir del bosnio, provocando que el centrocampista juventino tuviera que retrasar hacia la línea defensiva.
Ellos tenían que jugar en largo con obligatoriedad para tratar de superar las líneas del Napoli, algo que no surtía efecto, sumando la falta de precisión en los pases largos y por la buena cobertura de los jugadores visitantes. Así llegó el primer tanto del partido, sorprendiendo, en parte, a los locales. Allan recibió un balón tras la pérdida de Bonucci, quien intentó traspasar las líneas napolitanas con un pase largo hacia Pjanic, quien no llegó. El mediocentro visitante recibió y, tras una conducción corta, pasó hacia delante para Callejón, quien recibió por delante de Chiellini y, de primeras sirvió un balón importante para que Mertens rematara a placer hacia la meta bianconera, inaugurando el marcador del encuentro.
El Napoli se sentía confiado yendo por delante en el electrónico, de manera que continuó con la presión intensa hacia la zaga local, neutralizando así la salida de balón en corto de Chiellini y compañía. No obstante, la Juventus asumió que debía cambiar el chip en el partido, y decidió jugar algo más directo hacia los tres cuartos del campo rival.
Con un Cristiano revolucionado, liderando la faceta ofensiva con cambios de ritmo brutales e impresionantes arrancadas, la Juventus comenzó a abrir el campo, gracias, en parte, a la polivalencia táctica que le otorgaron Dybala y Mandzukic a Allegri. Tal fue así que, en el minuto 25, cayó Cristiano a la banda izquierda con el balón y, tras hacer un buen recorte, colocó un magnífico centro sobre la cabeza del delantero croata, quien remató con contundencia hacia las mallas defendidas por Ospina, empatando el partido.
El choque pasó a ser mucho más directo, con un ligero desplazamiento de la balanza del dominio hacia el lado blanquinegro. Con constantes acometidas por bandas, dirigidas por Cristiano y Mandzukic y secundadas por Alex Sandro y Cancelo, la Juventus trataba de atacar con potencia y peligrosos centros hacia el área. Ya en la segunda mitad, la Juventus había conseguido endurecer su juego, complicando la transición ofensiva al Napoli, que no conseguía llegar con seguridad al área rival. Además, los contraataques eran muy apetitosos para los de Allegri, llegando así la remontada. Cristiano Ronaldo se plantó en la frontal del área con el balón y sacó un potentísimo disparo que desvió Ospina, con poca fuerza, lo que provocó el rechazo del palo. El balón cayó muerto en la zona derecha de la portería, llegando Mario Mandzukic para rematarlo a puerta vacía y hacer su segunda diana del partido.
El Napoli intentaba reponerse, pero la buena defensa individual de la Juventus, con una presión bien medida, imposibilitaba al Napoli tejer buenas jugadas sobre el área rival. La expulsión de Mario Rui, además, acabó con casi todas las esperanzas napolitanas de empatar, dinamitando el potencial ofensivo de su equipo.
Llegó, finalmente, la culminación del encuentro con un buen gol de Bonucci, rematando un buen cabeceo de Cristiano a un saque de esquina. El ritmo del partido siguió manteniendo un buen nivel, pero estaba completamente decidido, con una Juventus rocosa y confiada que se llevó los tres puntos en uno de los partidos del momento, manteniéndose como líder solitario del torneo italiano.