Los cuartos de final de la competición más laureada a nivel de clubes echó el cierre dejando un regusto agradable en el paladar del espectador. Grabado a fuego en la retina quedarán los encuentros de 180 minutos que Chelsea, PSG, Bayern, Manchester United, Atlético, Real Madrid y Barcelona nos han regalado.
Por encima de todas las eliminatorias queda la antólogica saga de dos capítulos que nos han regalado culés y rojiblancos en el que quizás haya sido el duelo con más matices e interés futbolístico que desprendían estos cuartos de final. Dos equipos con estilos diametralmente opuestos. El toque frente a la casta, actitud encomiable y el coraje de once guerreros entregados a una hinchada que sueña como hace 40 años no lo había hecho y liderados por Simeone, un capitán general inquebrantable en su hacer y en su discurso. Una eliminatoria que quedará para el recuerdo por ser aquella en la que el Atlético de Madrid anuló y minimizó las virtudes del Barcelona hasta hacer pasar a Leo Messi absolutamente desapercibido en los dos envites. David venció a Goliat gracias a los goles de Diego y Koke. Los madrileños pasaron por encima de un Barcelona que se despide de la Champions en cuartos, tras seis años llegando a semifinales.
Un Madrid bipolar y un equipo con mucho oficio
Cuando Gianni Infantino sacó la bola del Borussia Dortmund como rival del Real Madrid, más de un aficionado blanco sonrió al saber que los de Klopp estaban mermados por las bajas y no pasaban ni mucho menos por su mejor momento. Para más inri, Robert Lewandowski –la estrella del equipo- no podría jugar el choque de ida en el Santiago Bernabéu. Partido que se decidió con un 3-0 a favor de los de Ancelotti mostrando un gran nivel y poniendo en liza un buen fútbol. Sin embargo y pese a que parecía renta suficiente como para ir tranquilo al siempre complicado Signal Iduna Park, los merengues necesitaron sudor y sangre para avanzar de ronda. Los alemanes ganaron por 2-o con doblete de Reus, pero la diosa fortuna sonrió al Real Madrid, ya que los germanos tuvieron un sinfín de ocasiones para haber superado el 3-0 en contra que traían del encuentro de ida. El cuadro merengue avanzó a semifinales con sufrimiento pero con la convicción de que quiere estar en la final de Lisboa.
Por otro lado, el PSG-Chelsea se presentaba como la ocasión idónea para medir y calibrar la ambición y rendimiento que podrían dar el proyecto faraónico de Laurent Blanc en el Parque de los Príncipes y la vuelta a lindes europeas de José Mourinho con el Chelsea, competición fetiche últimamente para el técnico portugués y para los ‘blues’. El 3-1 del partido de ida parecía inclinar la balanza de cara a los parisinos, pero la vuelta en Stamford Bridge, en la que no estuvo Zlatan Ibrahimovic, supuso una demostración de que desde una buena organización defensiva y un inagotable oficio también se ganan partidos. El Chelsea dio la vuelta a la eliminatoria y venció por 2-0 al PSG, con un gol de Ba en el minuto 87 de partido. Quizás la clave de esta eliminatoria fue las tablas que le faltaron a los franceses para saber gestionar dos goles de ventaja. Tablas que los del barrio rico de Londres tienen sabidas y resabidas.
La apisonadora sigue intratable
No se puede olvidar mencionar el cruce entre el Bayern de Múnich y el Manchester United. A priori, la eliminatoria con un pronóstico más claro. Los de Pep Guardiola llegaban de proclamarse campeones de la Bundesliga con un fútbol avasallador y con una brillantez excelsa. Enfrente, los ‘diablos rojos’ de un David Moyes en entredicho constante durante toda la campaña y sin Van Persie. Sin embargo, los ingleses plantaron cara al ‘todopoderoso’ Bayern, adelantándose incluso en el marcador en el partido de vuelta con un golazo de Evra, pero la calidad de los bávaros acabó imponiéndose a la voluntad y entrega del Manchester. Pep Guardiola volverá a saborear las mieles de una semifinal europea.
De esta manera, el mundo se prepara expectante para ver lo que ocurra este viernes en el sorteo de unas semifinales en las que no se descarta ningún resultado y que se prevén con mucho morbo, ya sea por el pasado de algunos jugadores o técnicos en alguno de los equipos presentes o por la rivalidad histórica: Pep contra Mourinho, el luso contra el Real Madrid, Courtois y el Chelsea, los rojiblancos y ‘El Niño’ Torres u otro derbi de la capital. Que siga el espectáculo.